sábado, 27 de octubre de 2007

Educar para la ciudadanía e inmigración


por Pascual Aguelo Navarro, Responsable Jurídico de la Web de Extranjeria ReICAZ

La educación en valores democráticos, es decir en el respeto de los derechos humanos universales, es una tarea de todas nuestras instancias sociales, incluidas lógicamente las educativas.

Pero esa labor formativa, solo puede tener éxito si va acompañada del ejemplar ejercicio cotidiano de los comportamientos, basados en esos principios, por parte de cada uno de nosotros mismos.

Eduquemos en valores democráticos, pero fundamentalmente practiquemos con el ejemplo, esa será sin duda la mejor enseñanza.

Ah¡, por cierto, y si hablamos de educar para la ciudadanía, permitamos que todos los educandos, también las personas inmigradas, puedan acceder a ese privilegiado y deseado estatuto.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues tienes más razón que un Santo, Pascual: hemos de predicar con el ejemplo, o corremos el riesgo de que nadie nos tome en serio.

Por esto es que yo me pregunto, ¿para qué predicamos a todas horas que han de tener vía libre todos los extranjeros que deseen llegar a nuestro país (el Derecho a la libre circulación de las personas resulta tan utópico como el de que todos seamos más felices que un pan)?

Pues no, no. El extranjero que desee venir, que lo haga con todos los Derechos que le corresponden como persona, ya desde su decisión de emigrar. No me sirve que cualquier extranjero tenga la libertad de decidir, si resulta que los de aquí, tan ciudadanos nuestros de nosotros mismos, ni tan siquiera somos capaces de demostrar que nos merecemos ser ni ciudadanos,ni aún nosotros mismos. En algunos casos, especialmente en determinados ámbitos, la extranjería está sirviendo para enriquecer (pobremente, y hay que ser pobre de Euros y mucho más de espíritu) a cualquiera que, estimándose más listo que el hambre, se propone hacer negocio con un tema tan humano como es éste. Hace falta ser energúmeno...

Prefiero una política restrictiva en extranjería, pero que garantice ese Derecho que tú proclamas al 90 % (al cien por cien, nada existe). Resultaría mucho más lógico.

Ningún extranjero necesitaría delinquir para sobrevivir (porque trabajaría, y porque no tendría ningún modelo "delitoso" para copiar).

Una opinión que avala la UE, con la experiencia.

Un fortísimo abrazo,